Ministerio Grano de Trigo

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Venga Tu Reino


Una breve cronología

UNA PUBLICACIÓN DE MINISTERIO “GRANO DE TRIGO”

Escrito por David W. Dyer

ÍNDICE

Capítulo 1: Venga tu reino

Capítulo 2: Los dos "reinos"

Capítulo 3: Una breve cronología

Capítulo 4: El día del Señor

Capítulo 5: En el comienzo

Capítulo 6: El fracaso del hombre

Capítulo 7: El reino de Dios está entre vosotros

Capítulo 8: "Señor, Señor"

Capítulo 9: Una recompensa justa

Capítulo 10: Perdón y juicio

Capítulo 11: El hijo varón

Capítulo 12: Viviendo en la victoria

Capítulo 13: Obras de fe

Capítulo 14: Una palabra de aliento

Conclusión



Capítulo 3
Una breve cronología

La cronología es "la ciencia de determinar los períodos en los que ocurrieron ciertos acontecimientos y de organizarlos en el orden en que sucedieron" (definición traducida proveniente de Webster’s New Universal Unabridged Dictionary [New York: Simon & Schuster, 1979]). Cronología bíblica es, entonces, la ciencia que reúne, en orden de ocurrencia, los eventos y las fechas encontradas en la Biblia. Este capítulo es una simple revisión del calendario de Dios para Su obra en esta Tierra y nuestra ubicación aproximada en este.

En la Biblia leemos: "Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día" (Éx 20:11). La obra de Dios de creación y restauración de esta Tierra actual demoró seis días, seguidos de un séptimo día de descanso. Dios no decidió tomar semanas, meses o miles de millones de años para llevar a cabo Su obra (el hecho de que la geología y otras ciencias parece indicar que la Tierra es más antigua se abordará en el capítulo 5).

Nuestro Dios puede hacer cualquier cosa. Podría haber creado el Universo en seis minutos, si lo hubiese querido. Debemos imaginar que el tiempo mismo es una invención de Dios, y que Él lo está usando para cumplir Sus propósitos. El hecho de que estemos sujetos al tiempo no significa que Él también lo esté. Él existe eternamente y es Todopoderoso; no hay limitación alguna en Él.

Sin embargo, nuestro verdadero propósito aquí es examinar la razón por la cual Dios hizo los cielos y la Tierra en seis días y descansó en el séptimo. ¿Por qué hizo las cosas de esta manera? ¿Por qué no las terminó en ocho, en cinco o incluso cincuenta días? Dado que no hay nada accidental registrado en la Biblia, o que no tenga significado para nosotros, puede haber algo que podamos deducir sobre Dios y Su creación. Por este motivo, el resto de este capítulo será una investigación de los siete días de Dios.

Hay otro versículo significativo en la Biblia que también habla de "días". Pedro, en su segunda epístola, plantea la cuestión sobre el fin de los tiempos y la segunda venida del Señor. En este contexto, él dice: "Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día." (2 Pe 3:8).

En este versículo está la clave para comprender los seis días de la creación. Contiene un hecho que el escritor consideró muy importante y que deseaba que los creyentes no ignorasen. Aquí, encontramos una ecuación simple: un día es igual a mil años y mil años son iguales a un día.

Para ir un poco más allá, podemos decir que un día de la creación representa mil años del tiempo que Dios dio al hombre en esta Tierra, y mil años corresponden a un día de la creación. Temo que algunos de ustedes crean que estoy yendo demasiado lejos, por lo que investiguemos un poco de cronología bíblica.

Aunque mucha gente no lo imagina, a lo largo de los años, algunos eruditos, hombres de Dios, han estudiado la cronología bíblica. Entre ellos se encuentran: Teófilo de Antioquía (s. III D. C.), Clemente de Alejandría (s. III D. C.), Eusebio (265-340 D. C.), Wm. Hales (1809 D. C.), J. N. Darby y Martin Anstey, solo por nombrar algunos. Una publicación que puede ser de interés para los lectores es "Chronology of the Old Testament" de Martin Anstey, Kregel Publicaciones, en Grand Rapids, MI.

Estos hombres, y muchos otros, han trazado la línea, que a veces es muy delgada, de fechas a través de las Escrituras para llegar a una idea bastante precisa de cuántos años han pasado desde la creación de Adán y Eva, así como los momentos en que ocurrieron eventos importantes, como el pacto de Dios con Abraham y la venida de Cristo.

Aunque no encontramos a dos de estos hombres coincidiendo en cada fecha, es interesante que, casi sin excepción, sus conclusiones están muy próximas entre sí. Dentro de un margen razonable de "error científico" y teniendo en cuenta la gran antigüedad de los documentos y las fechas con las que trabajaban, casi coincidieron. La diferencia aproximada entre las cuentas realizadas por uno y otro es de entre cien y doscientos años.

Ahora, para una persona sencilla como yo, un estudio tan profundo de la historia antigua está más allá de mi objetivo. Pero, ya que estos eruditos están razonablemente de acuerdo entre sí, me inclino a aceptar sus fundamentadas opiniones.

La breve cronología de Pedro el pescador es más acorde a mí. Sin embargo, lo sorprendente es ver cómo coinciden Pedro y los eruditos. Su estudio y la revelación de Pedro no se contradicen. Como se podría sospechar, la investigación intelectual honesta solo sirve para confirmar aún más la Palabra de Dios.

¿Ha considerado que, según la Biblia, la Tierra actual existe desde hace casi seis mil años? Desde los seis días de la creación hasta ahora han pasado unos seis mil años. Otra cosa interesante es que, desde el comienzo de este mundo hasta Abraham, pasaron dos mil años. De Abraham a Cristo, dos mil años más y desde el nacimiento de Cristo hasta hoy, dos mil años.

Esto no es una coincidencia. El plan de Dios y Su forma de llevarlo a cabo desde la creación es muy metódico. No hay nada casual o incoherente en él. Las cosas están ocurriendo como Él quería que sucedieran y, a medida que pasa el tiempo, Su plan perfecto se desarrolla.

Supongamos que, cuando Pedro escribió que un día es como mil años, quería decir algo específico sin tratar de ser poético. Imagínese por un momento que, cuando Dios habló estas palabras a través de Pedro, nos estaba revelando algo que podría usarse a fin de entender Su calendario y que nos estaba hablando del fin de los tiempos.

Para dar un paso más, vamos creer exactamente lo que dice la Biblia y prestemos atención a esto. Dios eligió hacer la Tierra, el cielo, el mar y todo lo que hay en ellos en seis días porque ya había decidido que el tiempo del hombre en la Tierra sería de seis mil años (por supuesto que no olvidaremos el séptimo milenio). Dado que el "Yo Soy" de la creación conoce tanto el principio como el final, Él planeó hacer las cosas de esa manera. Mucho más tarde, le reveló esto al apóstol Pedro para nuestra edificación y beneficio.

Todas estas observaciones apuntan a una cosa: nos acercamos con rapidez al final de esta era. Estamos muy cerca del momento de su conclusión. Nos encontramos en el umbral de la segunda venida de Cristo y del inicio de Su Reino Milenial (de mil años) en esta Tierra. Y todo esto corresponde exactamente a los seis días de la creación y al séptimo día del sábado de reposo.

La cronología simple de Pedro el pescador es correcta y está respaldada por todas las demás Escrituras. Las palabras proféticas de la Biblia, incluidas las palabras de Jesús con respecto a la restitución de Jerusalén a los judíos (Lc 21:24) y la venida del Reino Milenial de Cristo (Ap 20:4) señalan este hecho: nos estamos acercando rápidamente al final de los seis días, la culminación de los tiempos.

Todo esto lo dijimos para llegar a una conclusión: se acerca el séptimo día, un período de mil años, que corresponde al Reino Milenial de Jesucristo. Dios aún no ha terminado Su obra en la Tierra. Si Jesús regresara hoy, todavía le quedarían por lo menos mil años a esta Tierra. La próxima etapa para el pueblo de Dios no es el cielo. Los que ya están con el Señor regresarán con Él y lo ayudarán a establecer Su reino celestial en la Tierra (Jd 14).

Dios todavía tiene trabajo que hacer aquí en este mundo. Y Su pueblo tiene el privilegio de ayudarlo a hacerlo. Jesús está trabajando para someter a toda la Tierra ante Él. Todas las naciones, las personas que viven en ellas e incluso los animales y el medioambiente estarán bajo Su dominio. Este es el Reino de los Cielos que viene a la Tierra. Esta es la respuesta del Padre a la primera parte de la oración "Padre Nuestro": "Venga tu Reino [...] así en la tierra como en el cielo". (Mt 6:10).

Hagamos ahora un breve resumen. Dios siempre ha existido y existirá eternamente. Entonces, antes de que se creara la Tierra, Él ya existía, sin tiempo, en lo que se puede llamar la "eternidad pasada".

En cierto momento, creó la Tierra y, después de una conversación consigo mismo, decidió hacer al hombre y ponerlo allí (Gn 1:26). En el proceso, también creó lo que llamamos "tiempo" y sometió al hombre a este. El proceso de creación de esta Tierra presente duró seis días, más uno de descanso, que corresponde al tiempo que Dios ha designado para que el hombre viva en la Tierra y cumpla Su propósito.

Estos siete días son un presagio de los siete mil años, durante los cuales el hombre debe habitar esta Tierra actual. Entonces, después de los últimos mil años que constituyen el Reino de Cristo, Dios disolverá tanto el viejo cielo como la vieja Tierra. Habrá un cielo nuevo y una tierra nueva. Esto es lo que la mayoría de la gente llama "eternidad".

Para nuestros propósitos, la llamaremos "eternidad futura". Al hombre se le permitió vivir en la Tierra durante un período de siete mil años entre las dos "eternidades", la pasada y la futura.

Al final de los últimos mil años, la Nueva Jerusalén, la novia de Cristo, se ve descendiendo del cielo, cerca de Dios (Ap 21:10). Esta ciudad santa estará ubicada en la Nueva Tierra que Dios creará. La Nueva Jerusalén y la Nueva Tierra son a lo que la gente se refiere cuando habla de pasar la eternidad en el "cielo". En realidad, no es el cielo existente, sino una creación nueva.

Por supuesto, la nueva creación será de naturaleza celestial. De hecho, será mucho mejor que el cielo actual, ya que el que ahora existe está contaminado por los ángeles caídos y pasará por completo (Mc 13:31). Si el cielo de hoy fuera lo que Dios considera perfecto, no habría necesidad de destruirlo (2 Pe 3:10-13).

No, lo que Dios ha preparado para los que lo aman es realmente glorioso. Es una creación completamente nueva, que no puede penetrar la mente humana, pero que Dios ha revelado a Sus siervos (1 Co 2:9-10).

Ahora, una advertencia: aunque esta pequeña cronología de eventos es muy simple, tampoco podemos estar seguros de los momentos exactos de cada evento. Se nos ha advertido sobre el orden de las cosas que vendrán, pero no sabemos cuándo ocurrirán exactamente. De hecho, las Escrituras nos dicen claramente que nadie sabe el día ni la hora (Mt 24:36).

En específico, no sabemos con certeza cuándo nuestro Señor Jesucristo regresará y anunciará el Reino Milenial. Dios nos ha dado las profecías y el calendario de seis mil años, pero nadie sabe con exactitud cuándo sucederán las cosas.

Ya se ha mencionado que los estudiosos de la cronología bíblica parecen estar de acuerdo en contar los años, con una diferencia de solo unos cien a doscientos años. Incluso ellos, aunque son sabios, no pueden estar seguros de la fecha.

Sabemos que pasarán unos dos mil años después de la primera venida de Cristo. Pero, ¿cuándo deberíamos empezar a contar? ¿Debemos contar desde Su muerte o desde Su nacimiento? Como saben, nuestro calendario comienza aproximadamente en Su fecha de nacimiento (de hecho, con un margen de error de tres a cinco años). El hecho de que la historia secular haya elegido esta fecha como punto de referencia no significa que Dios concuerde.

Un argumento muy poderoso puede ser que la muerte de Cristo en el Calvario es el verdadero punto central de la historia y el momento decisivo para la humanidad. Lo que quiero decir es que, aunque el año 2000 D. C. ha llegado y se ha ido, y Jesús aún no ha regresado, usted no debe renunciar a su fe. Dios no es holgazán, como los hombres consideran la holgazanería. Solo que no quiere que nadie perezca (2 Pe 3:9). Si tuviéramos que calcular los dos mil años desde Su muerte y resurrección, no deberíamos esperarlo antes del año 2030 D. C.

En realidad, el versículo en la segunda epístola de Pedro del que hemos estado hablando fue escrito para enfocarse en ese problema. Las personas que han estado esperando al Señor y aguardando Su venida se sentirán desencantadas y desilusionadas. Cerca del final, algunos incluso comenzarán a burlarse y preguntar: "¿Adónde se fue la promesa de Su venida?". No hay duda de que muchos se estarán cuestionando de esta manera si Él tarda más de lo que pensamos que debería.

Algunos maestros de la Biblia comenzarán a inventar nuevas doctrinas para enseñar a la gente a no esperar el Reino Milenial y/o la segunda venida. Muchos cristianos podrían incluso dejar de seguir a Jesús, porque predicadores que “profetizan” el advenimiento de Cristo los han entusiasmado una y otra vez, y, luego, los frustran cuando se incumple dicha profecía. Hoy en día, cuando la maldad abunda, es muy tentador que nuestro amor por el Señor se enfríe. Mientras otros disfrutan de los placeres del pecado por un tiempo, Jesús nos pide que nos neguemos a nosotros mismos y lo sigamos.

Si Su venida no coincide con nuestras expectativas, podríamos sentirnos tentados a no creer y perder la fe. Yo mismo, cuando era joven en Cristo, esperaba que el regreso de Jesús fuese en el siglo XX. Pero, como Él aún no ha venido, por Su misericordia, no abandonaré mi fe, ni usted debe abandonar la suya. Nuestra fe no debería basarse en un calendario, sino en Él.

En verdad, las Escrituras enseñan que debemos vivir cada momento como si Él fuese a volver hoy. Nuestras vidas y nuestros corazones deben estar listos para Él. La actitud que debemos cultivar es la de observar y esperar constantemente. Si hacemos eso, estaremos listos.

Entonces Él nos encontrará haciendo Su voluntad. Mientras nos sometamos voluntariamente a Su señorío y vivamos en Su reino hoy, no habrá problema a futuro. "Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así" (Lc 12:43).

UN BREVE RESUMEN DE LA CRONOLOGÍA DE DARBY

Años

Desde la creación hasta el diluvio, cuando Noé tenía 600 años (Gn 5:3-29; 7:11) . . . . . . . . . . .1656

Desde el diluvio hasta el nacimiento de Taré (Gn 11:10-25) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .222

Cuando su padre murió a los 205 años, Abraham tenía 75 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .130

Lo cual fija su nacimiento, desde la creación en . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .2008

Su entrada en la tierra de Canaán tuvo lugar 75 años más tarde (Gn 12:4) . . . . . . . . . . . . . . . . . .75

Hasta el éxodo de Egipto (Gn 15:13,16; Éx 12:40) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .430

Hasta la construcción del templo 480 años más tarde . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .480

Duración del reinado de Salomón, menos tres años ya transcurridos (1 Re 6:1) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .37

Reyes de Israel y Judá, hasta el cautiverio en Babilonia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .370

Duración del cautiverio de 70 años, y hasta Nehemías 80 años . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .150

Sesenta y nueve "semanas", menos 33 años(Dn 9:26) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .450

Desde la creación hasta el nacimiento del Mesías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4000

Fin del Capítulo 3

Use los siguientes hipervínculos para leer otros capítulos

ÍNDICE

Capítulo 1: Venga tu reino

Capítulo 2: Los dos "reinos"

Capítulo 3: Una breve cronología

Capítulo 4: El día del Señor

Capítulo 5: En el comienzo

Capítulo 6: El fracaso del hombre

Capítulo 7: El reino de Dios está entre vosotros

Capítulo 8: "Señor, Señor"

Capítulo 9: Una recompensa justa

Capítulo 10: Perdón y juicio

Capítulo 11: El hijo varón

Capítulo 12: Viviendo en la victoria

Capítulo 13: Obras de fe

Capítulo 14: Una palabra de aliento

Conclusión