UNA PUBLICACIÓN DE MINISTERIO “GRANO DE TRIGO”
Escrito por David W. Dyer
En la actualidad, vivimos un momento muy crucial y difícil. Esta “Era de la Iglesia” está llegando a su fin y la venida del Señor se aproxima. Las escrituras dicen que la ciudad de “Jerusalén será hollada por [estará bajo el dominio de] los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan” (Lc 21:24). En 1967, la segunda mitad de esta ciudad cayó en manos de los judíos, lo que les dio nuevamente el control de su antigua capital por primera vez en casi 2000 años.
Desde que el general romano Tito conquistó y destruyó Jerusalén en el año 70 a. C. hasta el año 1948, el pueblo hebreo no tuvo un país que pudiera llamar suyo. Pero Dios no ha olvidado a Su pueblo, el que ya conocía. Romanos 11:25 explica que la ceguera ha afectado a una parte de Israel “hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles”. Después de este período, se nos dice que Dios recordará nuevamente al pueblo de Su antiguo pacto y cumplirá las promesas que les hizo a sus antepasados.
Esto es exactamente lo que vemos que está sucediendo ante nuestros ojos. Nunca antes en la historia se ha sabido acerca de un pueblo que se haya dispersado por toda la Tierra durante 2000 años, que haya retenido su identidad nacional y, luego, se haya vuelto a reunir en su propia tierra para convertirse en nación. Esto es obra del Señor.
No afirmo que estos judíos son rectos o que Dios está de alguna manera satisfecho con ellos en su estado actual. Cuando vuelva Jesús, el Mesías, será el momento en el que Él “apartará de Jacob la impiedad” (Rm 11:26).
El punto aquí es que Dios está haciendo lo que prometió y que su segunda venida es inminente. Se está preparando el escenario. Estas cosas son solo señales que muestran la importancia del momento a aquellos que están atentos y esperando. Ningún otro momento de la historia ha estado tan repleto de agitación y anticipación. El Juez está en la puerta.
Jesús dice: “He aquí yo vengo pronto [...] para recompensar a cada uno según sea su obra”. (Ap 22:12). La palabra griega que aquí se traduce como “pronto” no significa necesariamente “rápido”, pero puede significar “repentinamente”. Aquellos que lo buscan activamente y lo esperan con entusiasmo no serán tomados por sorpresa cuando aparezca. Pero para aquellos cuyo amor se ha enfriado y cuyos oídos oyen pesadamente, vendrá como un ladrón, cuando menos lo esperan (Lc 12:46).
¿Qué hará usted cuando Jesús venga? ¿Estará Él complacido de encontrarlo en el estado en el que usted está actualmente? Si no es así, quiero exhortarlo con tanto énfasis como sea posible a que se arrepienta. ¡Cambie la manera en que vive antes de que sea demasiado tarde! ¡Arrepiéntase por el bien del Reino!
Hermanos, el tiempo es corto. Estamos recibiendo el llamado de trabajar para la obra de Dios mientras tenemos la luz del día, porque se acerca la noche, cuando ningún hombre puede trabajar (Jn 9:4).
La Biblia nos dice que, poco antes de que el Señor venga, veremos dos señales importantes. La primera es que habrá una gran apostasía (2 Tes 2:3). Esta señal ahora se está haciendo completamente evidente. La Iglesia de hoy está llena hasta desbordarse de mundanería, errores y pecados de todos los tipos.
La segunda señal, por la cual estamos esperando, es la revelación del “hombre de pecado”. Al ver la situación del mundo actual, está claro que esto podría suceder en cualquier momento. Sin embargo, muchos creyentes, o una mayoría de estos, no son conscientes de los tiempos. Parecen estar durmiendo. No se están transformando y haciendo santos para prepararse.
El mensaje de este libro es: “Aquí viene el esposo; ¡salid a recibirle!”. Ya es hora de que nos despertemos del sueño de servirnos a nosotros mismos y de que nos preparemos para Su venida. Hermanos y hermanas en Cristo, preparen el camino del Señor; ¡enderecen Sus caminos!
Este mensaje tiene ese propósito, preparar a los hijos de Dios para la cercana venida de Jesús. Los hombres y las mujeres de todo el mundo necesitan estar preparándose para que tengan permitido entrar al Reino venidero. El evangelio del Reino, la realidad del gobierno total de Jesucristo, debe predicarse a todas las naciones y, entonces, vendrá el fin (Mt 24:14).
Sin duda, en estos días, al final de esta era, este es el mensaje que está en el corazón del Señor. Amigo, permítame hacerle una pregunta importante. Cuando llegue Jesús, ¿estará esperando y listo? Yo oro para que todos lo estemos.
NOTA:
Mientras lee el Antiguo Testamento, encontrará frases o palabras (especialmente en los libros de los profetas) como las siguientes: "en ese día" o "en esa montaña". El lector debe entender que estas expresiones, generalmente, se refieren al Reino venidero del que hemos estado hablando.
El "día" al que se hace referencia aquí es el Día del Señor. La palabra "montaña" habla de Su Reino venidero.
LISTA PARCIAL DE VERSÍCULOS DEL REINO
1. Gn 35:10-12; 17:8 2. Dt 30:1-10 3. 2 Sam 7:12-16 4. Is 2:2,3 5. Is 4:3-6 6. Is 9:6,7 7. Is 11:1-4,11,12 8. Is 56:6-8 9. Is 61:6 10. Is 66:14-20 11. Jr 23:5-8 12. Jr 30:3-11 13. Jr 33:7,8 14. Ez 20:33-42 15. Ez 36:21-28; 37:14 16. Ez 37:21-28 17. Ez 39:25-28 18. Ez 44:15-24 19. Dn 7:13,14,27 20. Am 9:11-15 21. Za 6:12,13 22. Za 8:22,23 23. Za 10:10 24. Za 12:2-10 25. Za 14:1-9 26. Mt 19:27-29 27. Lc 1:31-33 28. Lc 13:24-29 29. Lc 22:28-30 30. 1 Cor 15:20-28 31. Ap 5:9 32. Ap 11:15 33. Ap 20:4-6
El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
Juan 12:24-25